Navegando por la Red, me he topado con una bonita historia que me gustaría compartir con vosotros. No de los protagonistas define este momento como “spur-of-the-moment-decision”, a lo que yo lo he rebautizado en castellano como “un momento estímulo-decisión”. Que se trata exactamente de eso, cuando una gran idea te invade no solo la mente, si no también el corazón y eres capaz de hacer lo que sea para conseguirlo, por tanto, seguramente tengas que tomar ciertas decisiones importantes en tu vida para llevarlo a cabo. Y esto fue lo que pasó.
Érase una vez, un
día en el que el fotógrafo Nick Olson de 27 años y Lilah Horwitz diseñadora de
23 años, se conocieron y enamoraron en Pennsylvania. Al poco tiempo de empezar
su relación, Nick invitó a Lilah a pasar unos días en un terreno que tiene su
familia en el Suroeste de Virginia. Una noche, caminando entre los bosques
tuvieron una visión artística. Al ver cómo descendía el sol detrás de las
colinas, se enamoraron de la luz que éste desprendía, entonces, en ese momento,
surgió la gran pregunta, ¿se podría considerar la posibilidad de una casa en la
que la luz cambiara según lo hiciera la luz del sol a lo largo del día?
La luz no es la
misma cuando amanece, cuando atardece o cuando el sol se esconde y esta era la
sensación que la pareja quería experimentar en su espacio para vivir.
De esta manera
fue cuando pasaron del estímulo a la decisión, a la gran decisión de abandonar
sus respectivos puestos de trabajo, alquilar una furgoneta y recorrer el país
de estado en estado buscando las ventanas propicias para poder construir su
nueva vivienda. La mayoría de las ventanas fueron encontradas, otras compradas,
pero de dónde sacaron muchas de ellas fue de una granja abandonada. Una vez que
las tuvieran todas, comenzaron a construir su nueva casa y así fue, ellos
mismos pusieron los cimientos y fueron construyéndola poco a poco, para lo que tuvieron
que ser muy ingeniosos para que saliera lo más barata posible. No tienen ni
agua ni luz, los artistas dicen de ella que la utilizan como vía de escape. En
el futuro quieren poner un techo solar y una estufa, pero de momento utilizan el
espacio como un retrato pintoresco. Os muestro algunas fotos para que podáis
ver la casa, que a mí me parece un rinconcito de lo más romántico, salvaje y
natural.
Esta historia es
un ejemplo más que demuestra que cualquier sueño es realizable y que siempre se
puede ir más allá de nuestros pensamientos. Esta historia no solo es un
ejemplo, si no una motivación para todos nosotros que tenemos pequeñas y
grandes ideas.
Más abajo podéis encontrar un vídeo precioso realizado por la plataforma Half Cut Tea donde se muestra todo este maravilloso cuento inspirador, que colorín colorado...
VÍDEO:
No hay comentarios:
Publicar un comentario